Algunas enfermedades requieren unos tratamientos muy largos y especializados que solo se pueden llevar a cabo en hospitales muy concretos ubicados en las grandes ciudades. Eso provoca que muchas familias deban dejar su casa para llevar a sus hijos a estos hospitales de referencia. A menudo la estancia se alarga, lo que supone mucho tiempo lejos de casa y del resto de la familia y para los niños que se enfrentan a una crisis médica grave, puede empeorar su situación al no tener a sus padres y hermanos u otros familiares cerca.